viernes, 21 de marzo de 2014

LA 33 llegó para quedarse.


Ellos no necesitan ponerse un uniforme, ya ellos son una familia, donde ese sonido destilado a salsa de golpe, sudor y gozadera, son inherentes a las influencias de cada uno de ellos, rolos en su mayoría que provienen del Rock, del jazz, de la tropical, y de otros estilos que convergen en el mix Colombo-afroantillano que ha pisado ya los 5 continentes.
Un ejemplo de que para llevar una marca al mundo, no solo podemos hacer cumbia o vallenato, solo tenemos que sacar lo que tenemos adentro, hacerlo bien y luchar por ello, otra forma de ser raizal.
Son el resultado de una lucha constante por hacer y tocar la música que a ellos les gusta, y no como les dicen que debe ser, sino a su manera, independientes, sin presiones de la industria, sin manoseos, y como tiene que ser, con el corazón.
Conozco a muchas personas (todas ellas músicos) que piensan que La 33 esta muy sobrevalorada, que se la pasan girando por el mundo entero solo por los contactos, que tocan un genero anacrónico, que hay combos que suenan mejor y hacen salsa mas brava, bla, bla, bla, etc; Y es que hablar de un artista que ha tenido éxito es muy fácil, y mas si tu no lo has tenido, porque siempre es mas sencillo destruir que construir, muchas veces ignorando las eternas batallas que cada artista debe sortear para salir adelante, no solo en el plano empresarial, sino desde su misma concepción, en este caso, como una orquesta con ese sonido clásico de la salsa neoyorquina que se destilaba a finales de los 70`s y comienzos de los 80`s, en una escena capitalina ávida de salsa y rumba, pero que pocos interpretes querían ofrecer.
Y es que ahora, cuando la tendencia a lo vintage es el paradigma, hablar de un combo que toque salsa brava es muy viable, pero recuerdo yo que a finales de los años 90, y comienzos de el que en ese momento era el nuevo milenio, era otra cosa...
Músicos que tocaran salsa había muchos, algunos mas virtuosos, otros con agendas llenas, pero en ese entonces ¡Nadie quería hacer salsa clásica ! a muchos les gustaba bailarla y oírla en los bares que eran como templos, pero todos querían hacer y tocar lo que daba plata, la chizga, la salsa rosa, la romanticona, la de Rey Ruiz, Victor Manuel, Jerry Rivera, Tito Rojas, Gilberto Santa Rosa, etc, hasta la misma Orquesta Guayacán y el Grupo Niche se dedicaban a hacer salsita melosa y fucsia, mientras La 33 se aventuraba con la salsa vieja, del bogaloo, el montuno y los aires afrocubanos, además ellos funcionaba (y aún lo sigue haciendo) como una banda de rock o reggae, ensayando mucho (cosa que al chizguero no le gusta) y con gran sentido de pertenencia, ese que hace que uno quiera su banda así no esté generando dinero con ella, y fue así que se lanzaron con su repertorio a tocar cada fin de semana en los epicentros de el buen bailador de la capital, y si hay algo que afinque a una banda es la tarima, de ahí en adelante no han parado de tocar y hacer música, hasta la fecha mas de 1300 conciertos, decenas de países y muchas baldosas azotadas por su culpa.
Ahora, inspiran a otros artistas no solo por su éxito, sino por su ejemplo de que sin grandes sellos, ni presupuestos astronómicos, y sin payola, conquistan bailadores en todo el mundo, y nos han enseñado que la vía independiente se puede trasegar cuando se tiene talento y paciencia.